Jueves, 15.10.20

Murillo de Gállego – Embalse de Yesa. 65km.

Abro los ojos con la luz que entra de afuera. La mañana es fría y remoloneo un poco más dentro del saco. Se que hoy tengo un día muy bonito por delante. La carretera en esta zona es espectacular. Desayuno algo de fruta. Desmonto todo el campamento y salgo a pedalear. Los Mallos ya se calientan bajo el sol asomando sus paredes sobre el río Gállego. La carretera está poco concurrida. Mis músculos van despertando a medida que entro en calor. El pavimento serpentea junto a la corriente entre riscos y barrancos. En la ladera opuesta, unos impresionantes paredones, caen a plomo hasta el río. Cruzo un túnel de piedra y después un bonito puente de hierro sobre un gran embalse. Al otro lado, encuentro la Ermita del Puente de La Peña. Paro a descansar y comerme un par de naranjas. El lugar es bastante tranquilo. Este también hubiese sido un buen lugar para acampar. La carretera más adelante se desvía un poco hacia el noroeste. Comienza una pendiente larga pero fácil de pedalear. Aquí, la carretera discurre totalmente envuelta en un manto verde de pinos. Apenas un par de coches me adelantan. El día luce brillante. El sol arriba y el bosque que me rodea, junto con el silencio, hacen que me encuentre muy cómodo. De repente, el sonido de una ráfaga de viento lo llena todo. Una sombra enorme que pasa junto a mi cabeza. Noto casi el aire en movimiento en mi cara. Me paro en seco. Miro hacia arriba y veo un enorme pájaro sobrevolarme a unos dos metros de distancia. Creo que es un buitre. El sonido del aleteo es imponente. Me quedo quieto observando como se eleva el animal. Maravillado con la fuerza de sus movimientos. Cuando está a una altura considerable emite un graznido y desaparece sobre las copas de los árboles. Me quedo un rato más parado con el corazón a cien por hora. No lo vi venir. Creo por sus movimientos, que a él le pasó lo mismo. Los dos nos pillamos por sorpresa. Viajar a pedales es bastante silencioso. Muchas veces los animales son cogidos por sorpresa cuando aparezco tras una curva. No me esperan. Tras un rato de reposo continuo mi lento pedalear hacia arriba. Paro más adelante junto a un aserradero para hacer unas fotografías. Dejo atrás por fin el bosque y después de un par de duras rampas llego por fin a la cima del puerto de Santa Barbara, donde una pequeña ermita me da la bienvenida a otro valle. Me abrigo bien para la bajada y comienzo el descenso a toda velocidad. La cordillera de los Pirineos se despliega totalmente nevada ante mi. La bajada es larga. Decido parar a comer en Puente la Reina de Jaca, a la orilla del río Aragón. Hoy comeré un menú. Entro en un mesón. En distintas mesas, comen varios hombres totalmente en silencio. Trabajadores, pienso. Junto a mi mesa, en una chimenea, el fuego crepita y chisporrotea llenando de calor toda la estancia. Con el estómago saciado salgo a la calle. Compro algo de comida para la cena y vuelvo al pedaleo. Paso junto a un pueblo de Berdún y por fin, al rato, a mi izquierda comienza a desparramarse el Embalse de Yesa. Paro a hacer unas fotos de la cola del embalse que en esta época del año está bastante seca. Árboles y matorrales se yerguen secos y raquíticos como esqueletos sobre una explanada enorme de tierra agrietada por el sol. La carretera se vuelve tranquila pues una autovía absorbe el grueso del tráfico y lo aleja del entorno. Pedaleo con calma disfrutando de las vistas e inspeccionando posibles caminos por donde adentrarme a acampar hoy. A los pies de la Sierra de Leyre; el embalse de Yesa es una mancha de agua azulada que se extiende unos diez kilómetros entre hayedos y pinares. Me interno en un camino a la izquierda procurando no ser visto por nadie. Metros más abajo, un pequeño bosquecillo con restos de una hoguera, delatan una acampada anterior. cruzo un pequeño cauce seco de un arrollo y llego a una de las orillas del embalse. Seca, plana y resguardada de la carretera por algunos matorrales, es el rincón perfecto para montar la tienda. Como aún dispongo de un buen rato de luz, preparo todo con calma y me hago algo de cenar. Hago algunas fotos, leo un rato y me tumbo a descansar. No hay apenas viento. La noche clara, El cielo totalmente cubierto de estrellas. Hace frío.

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