La bolsa.

Durante largo rato hablan y ríen en voz baja. Al momento, el sonido de un vehículo acercándose los pone alerta y corren a esconderse en la sombra de un rincón del edificio. Está claro que algo se traen entre manos. Nadie repara en mí. Mi tienda se confunde con la oscuridad y yo procuro no hacer ningún ruido que me delate.